Los Intrigo son una familia que se dedica desde hace generaciones a las investigaciones de casos policiacos. La familia vive en Ámsterdam y está compuesta por Lazslo, el padre; Veena, la madre; Imogen, la hija mayor adolescente; Zelda, de once años, y Marcus, de diez. Reciben una carta de la tía Edna, la matriarca del clan, que les invita a viajar a París donde hay un nuevo caso para ellos. Todos se ponen muy contentos, sobre todo los dos pequeños pues será la primera vez que participen en una investigación. Ya en París, siguiendo las indicaciones del sobre, contactan con el joyero Alphonse Jezequel y este les informa de la desaparición en la cripta de su vivienda-joyería de un zafiro valiosísimo, que debía formar parte de la diadema que lucirá Helga, la heredera de Zirlenstein ?un pequeño Estado situado en los Alpes? en su próxima boda con Sebastian, un joven banquero. El joyero está desolado y no entiende cómo han podido robar la joya si las medidas de seguridad son tremendas. Los niños revisan las cintas de las cámaras de seguridad y ven que Alphonse Jezequel es, efectivamente, el único que entra y sale de la cripta, pero en ocasiones lo hace con movimientos rígidos, como en un estado de hipnosis. Eso lleva a Veena y a Laszlo a imaginar que alguien ha podido insuflarle las órdenes pertinentes para que él mismo cometiera el robo. Con la ayuda de Maurice y Michel, unos primos que viven en París y son informáticos, la familia llega a la conclusión de que el delincuente empleó el hilo musical que tienen en la joyería-residencia de Jezequel para dormirle con determinados sonidos de campanas tibetanas y ordenarle el robo. Gracias a su pericia con la informática, Michel y Maurice averiguan que la orden partió de Zirlenstein (del mismo palacio real) y la familia se pone rápidamente en camino para llegar al país al día siguiente.